“La oposición es para el constante, no para el brillante”. Esta frase la escuché del padre de un amigo cuando yo era un niño, por aquel entonces yo no entendía su significado.
Cuando yo tenía 8 años mis padres me apuntaron al conservatorio donde cursé mis estudios de música durante 10 años hasta graduarme. Más allá de los 0,5 puntos que me sumo en las oposiciones, ahora entiendo su valor real. Desarrollé perseverancia, ya que bien es sabido que desarrollar habilidades musicales es un proceso lento y sostenido en el tiempo.
Más tarde estudié ingeniería industrial en Zaragoza y cursé una especialización en electrónica en la universidad Central Lancashire con mención honorífica.
Tras dos años de trabajo en la empresa privada noté que me faltaba contacto humano y animado por mi madre decidí enfocarme en la docencia. Hoy, puedo afirmar que voy a trabajar y disfruto cada día.
Roberto
Preparador de oposiciones de tecnología
Tras abandonar los estudios y empezar a trabajar con 16 años, me di cuenta que si quería tener un trabajo más cómodo y gratificante debía estudiar y ganármelo con mi esfuerzo y trabajo. Es algo que siempre escuchas pero que solo entiendes cuando llegas a esa conclusión por ti mismo.
Retomé mis estudios cursando un Ciclo Formativo de grado medio de Informática y posteriormente uno superior de Mantenimiento de equipos industriales.
Posteriormente estudié Ingeniería Técnica industrial de Electrónica en la Universidad de La Rioja y un Grado de Ingeniería Electrónica Industrial y Automática en la Universidad Alfonso Décimo el Sabio.
Tras un año trabajando en la empresa privada decidí mejorar mi calidad de vida y siguiendo mi vocación, dar el salto a la docencia.
Personalmente pienso que no hay nada como dedicarte a algo que te gusta, ya que lo disfrutas y en muchas ocasiones ni siquiera tienes la sensación de estar trabajando.